La RAE define el narcisismo como:
1. m. Manía propia del narciso*.
2. m. Excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras.
(*) Hombre que cuida demasiado de su arreglo personal, o se precia de atractivo, como enamorado de sí mismo.
Yo también tuve mi narciso. Yo también se lo que es conocer a una persona y que te parezca lo más maravilloso del mundo. Una persona que te agasaja, te sorprende, te deslumbra y cautiva con sus encantos, regalos, viajes, etc. Una persona que su finalidad es atraparte en su tela de araña de la manipulación y anulación para sentirse mejor.
Cuando el narcisista da la cara estás metida en esa relación hasta las trancas. Porque es sutil e inteligente. Porque va poquito a poco arañando para que no sangre la herida y no te des cuenta de lo que te viene.
Por lo general, si te elige es porque capta que eres una persona empática, sensible, con baja autoestima y fácil de manipular. Es este perfil el que se queda a su lado. Él llega de salvador, te ofrece seguridad y todo aquello que necesitas. Le estás inmensamente agradecida/o por ser su pareja porque para ti es un ser único y especial.
Pero cuando la fase de idealización y enamoramiento pasa comienzas a darte cuenta de cosas que antes no veías. Miras a tu alrededor y te encuentras sola porque ha hecho que te aísles. Además, para tus familiares y los pocos amigos que te quedan es encantador/a y te dices “no me van a creer”. Llegas a pensar que todo es fruto de tu imaginación porque él te lo hace sentir e incluso puede que te lo diga.
Si estás leyendo esto te invito a que señales, de la siguiente lista, aquellas frases con las que identifiques a tu pareja:
• Era encantador/a al principio y ahora parece otra persona.
• Se cree mejor que los demás.
• Busca ser el centro de atención.
• Se siente que es alguien especial.
• Se siente con la verdad absoluta.
• Es envidioso/a.
• Miente.
• Es arrogante.
• Es infiel.
• Te intenta manipular.
• Te controla.
• Te aísla.
• No le gusta que le aconsejes.
• No acepta las críticas.
• No se muestra empático/a.
• Te menosprecia.
• La convivencia es insoportable.
• Te dice que son imaginaciones tuyas.
Reflexiona sobre ello y si tu pareja tiene muchas de estas características tal vez consideres que una buena opción sea acudir a un especialista, porque antes de cerrar la puerta de forma definitiva, prefieres volver a intentarlo. Lo más seguro es que rechace la idea y que incluso menosprecie a los/as profesionales. Puede que te diga que no os hace falta, que vuestras cosas de pareja no tienen que ser aireadas. Te tranquilizará para quitarte esa idea de la cabeza. Siempre que des el paso de irte intentará por todos los medios volver a atraerte y conquistarte con sus artimañas.
Lee atentamente esto: ha llegado el momento de poner solución y no alargar más el sufrimiento. Necesitas quererte, cuidarte, recuperar tu autoestima y dignidad. Quizás no puedas solo/a, pero para eso están personas que te pueden ayudar. También apóyate en esos familiares y/o amistades que nunca te soltarían la mano y que seguramente desconocen lo que pasa en tu relación. Es hora de pensar qué sientes, qué sucede y qué te está provocando esa relación. No sientas vergüenza por haber permitido ciertas cosas. Es hora de mirar al futuro, no al pasado. Que los únicos narcisos que tengas en tu vida sean en un jarrón y en forma de flor. Date la oportunidad de vivir la vida que mereces. El momento es AHORA.