El pasado fin de semana pude vivir una experiencia maravillosa en Menorca gracias al viaje que organizó Nadia Nermer de Woman Rocks.
Tuve la oportunidad de compartir aventuras y desventuras con mujeres empresarias y emprendedoras. Sin duda, después de meses teletrabajando frente a mi pared azul, cambiar ésta por el azul del mar fue un chute de motivación y de felicidad.
Tuvimos de todo un poco: un maravilloso paseo en barco, masterclass de marca personal de la mano de Arantxa Cañadas de Tulle Rouge, masterclass de estrategias avanzadas de Instagram de la mano de Lorena de Comunicazen, presentaciones de los estupendos proyectos-negocios de todas mis compañeras, mucho aprendizaje y muchas risas.
Estoy inmensamente feliz de haber participado en esta experiencia. Escuchar las experiencias de otras mujeres en la puesta en marcha de sus proyectos, saber que han logrado superar decenas de obstáculos, que se han levantado de nuevo, y conocer que a pesar del éxito a veces siguen luchando con el maldito síndrome del impostor, me hace pensar que todo éxito tiene muchas horas de trabajo detrás, tanto profesional como personal. Sin duda, no hay pasión sin acción y no hay emprendimiento de éxito sin trabajar la mentalidad. El esfuerzo y la constancia están inmersos en el ADN de cada uno de sus proyectos pero también mucho trabajo interior por intentar cada día ser una mejor versión de ellas mismas para ayudar a más y más personas.
Y eso es lo que precisamente busco con Pasión Terapia poder guiar a personas que se sienten mal y frustradas por tener malas relaciones de pareja o por sufrir algún tipo de disfunción sexual. Mi esencia es ayudar, capacitar y poner todo mi conocimiento al servicio de las personas para aliviar, reconducir y solventar situaciones que consideran problemáticas. Lo llevo haciendo toda la vida desde que me inicié en el mundo del voluntariado siendo aun menor de edad, luego ejerciendo como trabajadora social con diversos colectivos y ahora como sexóloga. Me gusta trabajar por y para las personas desde la cercanía, respeto y empatía.
Gracias Nadia y gracias a cada una de las mujeres con las que he compartido risas y conversaciones, por sus aportaciones tan valiosas. ¡Sois pura inspiración! Deseando conocer el próximo destino.